Perros de muestras


PERROS DE CAZA

Los perros de caza son aquellos perros utilizados para asistir al hombre durante la caza.
La caza fue la primera de las actividades que el hombre y el perro realizaron de forma conjunta desde su domesticación. A lo largo de este periodo de miles de años, el hombre ha ido seleccionando al perro para las distintas tareas que le eran necesarias, de tal forma que en la actualidad encontramos cientos de razas distintas y muy especializadas.

Características del perro de caza

El buen perro de caza debe presentar las siguientes aptitudes:
  • Instinto: sólo los perros ansiosos por la caza buscan con afición y con intensidad, haciendo caso omiso al cansancio y a las más duras condiciones tanto climáticas como orográficas, buscando en la montaña de arriba abajo.
  • Fuerza: para soportar las duras condiciones de la caza.
  • Olfato: si el perro no tiene olfato sólo descubrirá las tomas cuando está delante de sus narices los recursos.
  • Ladrar: aquel perro que no tiene la inclinación a ladrar no es útil para según qué tipo de caza, ya que no avisa al ver a una pieza, y puede poner en peligro su vida si, enfrentándose solo a un jabalí, no reclama la ayuda de la jauría.
  • Valentia: sólo el perro valiente se atreve a encararse al jabalí o entrar a morderlo cuando éste se detiene o duda en su huida. Si sólo es descubierto por un perro que no tiene suficiente coraje éste no será capaz de hacerlo huir.
  • Iniciativa: únicamente el perro que improvisa es capaz de salir sano y salvo de las situaciones más diversas.
  • Tamaño: el jabalí debe sentir la fuerza de los perros. En caso contrario, permanecerá en su emplazamiento sin inmutarse.

Perro de muestra


Un Braco de Weimar haciendo la muestra.
Artículo principal: Perro de muestra
Los perros de muestra son perros utilizados en la caza menor y que tienen la particularidad que al localizar la presa se quedan quietos, señalando al cazador donde está la caza. Están incluido en el grupo VII.
La técnica de caza de aves es muy diferente a la de las presas terrestres, ya que vuelan al oír el peligro y, si lo hacen antes de estar en distancia de tiro de escopeta, de nada servirá que sean descubiertas por el perro. Debe identificarse la presa, pero debe interrumpirse su acción en este preciso instante, haciendo la muestra, es decir deteniéndose por completo antes de saltar sobre ella para dar tiempo al cazador para que se aproxime. Este momento, se ha ido alargando progresivamente gracias a la selección dirigida por el hombre de manera que actualmente hay perros capaces de mantenerla durante minutos.
Por otra parte la presa se queda inmóvil, conducta instintiva de supervivencia ante el peligro que supone un posible depredador. Cuando la presa sintiendo la proximidad del perro permanece prudentemente estática, en un intento de pasar desapercibida o ser considerada muerta. En realidad, esta forma de defensa es enormemente eficaz en la naturaleza. Y también instintivamente, la inmovilidad del ave bloquea los deseos del perro para lanzarse sobre ella.
El perro de muestra y el cazador forman un equipo indisoluble, una perfecta máquina de cazar donde la eficacia se basa en la efectividad de cada una de las partes. El perro enseña, apuntando la presa y el cazador el abad.
Cuando la densidad de la vegetación impide el disparo largo, la presa debe acercarse muy cerca, a veces a escasa distancia.
Para cazar la perdiz roja, la codorniz y de otras especies de pluma es necesario que el perro sea resistente e infatigable y además debe saber desplazarse por todas las vertientes del terreno, por encima del cazador, por la tendencia de estos animales a volar de arriba abajo, como dejándose caer. Sin embargo las codornices que se esconden en terrenos abiertos, se cazan de maravilla con razas británicas como el setter y el pointer, grandes bateadores del terreno.
El verdadero cazador disfruta más del trabajo de su perro que del hecho en sí de matar la caza. ¿Quién está compenetrado con su perro siente por sus sentidos. Entre ambos se establece una especial forma de comunicación, a un alto nivel de excitación y concentración. Abatir la presa, significa la culminación de la eficacia, el equipo conformado por el hombre y el perro, actuando por éste como refuerzo de su conducta y como estímulo para repetirlo.

Perro cobrador o retriever


Un spaniel bretón atento al vuelo de una ave.
Artículo principal: Retriever
Su característica principal es que son capaces de buscar y traer sin dañar a las presas caídas al suelo que los cazadores no hayan podido recoger.
Como las aves vuelan, y a veces muchos metros entre el lugar de su caída y el del cazador, distancia que está llena de obstáculos del terreno difícilmente franqueables, se requiere que el perro realice otro comportamiento crucial. Es necesario que recoja la caza allí donde el cazador no puede llegar y que la transporte hasta éste.
Muchas de las razas de muestra comparten el instinto de cobro, pero no todas. Así como los bracos son cobradores innatos, los setters y los pointers deberán ser adiestrados para el cobro y, aún así, algunos nunca llevarán las piezas.
El hombre ha obviado este inconveniente seleccionando razas especializadas en el cobro, como los perros cobradores, que actúan junto a los perros de muestra y cobran las presas abatidas durante la cacería. Tanto los retrievers como el perro de agua están especializados en el cobro de aves acuáticas en humedales.
Los perros de tipo spaniel, son especialistas en hacer levantar el vuelo a las aves, especialmente antes de que aparecieran las armas de fuego, cuando eran utilizados para cazar con halcones. En lugares donde la caza está escondida es necesario un perro que haga volar las aves porque el halcón acabe con la captura en las alturas.

Perro levantador

Artículo principal: Spaniel
Artículo principal: Podenco
Este tipo de perros hacen salir al animal de caza fuera de su escondite, para que el cazador lo pueda ver.

Perro de agua

Artículo principal: Perro de agua
Estos perros tienen una especial preferencia por el agua, por lo que son muy utilizados como perros cobradores en la caza del pato y otras aves acuáticas.

Adiestramiento para la caza

Para que un perro sea realmente útil para la caza debe, como cualquier otro, cumplir las fases de domesticación, socialización y adiestramiento específico. Y, en cuanto a la última, nos referiremos a éste a los principales aspectos del adiestramiento específico.
Los perros deben saber convivir y cazar juntos y acudir a la llamada del cazador. Sólo los perros de agarre que siguen de cerca a este necesitan aprender una obediencia básica.
Todos los perros que cazan cerca del cazador, en la mano, deben saber ir, sentarse, tumbarse y caminar junto al guía cuando se les ordene.
Los perros de muestra, además, se trabajarán específicamente en este sentido. Para la mayoría de perros de bozal, esta conducta es innata y sólo tendrá que darle al perro oportunidad de ir adquiriendo experiencia. Cuando se desea que el perro participe en competiciones de caza, deberá recurrir a un adiestramiento especializado.

Braco de Borbón aprendiendo a pararse ante la presa.
Los perros de cobro constituyen un caso aparte.
El hecho en sí de cobrar es verdaderamente complejo, ya que requiere la suma de todas las habilidades del perro. Para analizar la acción global, es conveniente dividirla en las siguientes fases:
  1. Localización de la presa.
  2. Recogida.
  3. Llevar la presa al dueño.
  4. Posicionamiento ante él.
  5. Soltar la presa a la orden.
El localizar la presa requiere de un conjunto de habilidades que se desarrollan progresivamente, en relación directa con la adquisición de experiencia. El guía sólo debe permitir que su perro acumule vivencias y debe fomentar que desarrolle su creatividad, su capacidad de adaptación a las circunstancias y su ingenio para la improvisación.
Pero, como las otras fases del cobro deberán ser realizadas siempre de la misma manera, es preferible que el guía enseñe a su perro interviniendo desde el principio. Hay que construir un aprendizaje con visión de conjunto, no olvidando que el cobro es un todo dinámico y que la transición entre las diferentes etapas teóricas debe ser fluida y llena de naturalidad.
Todos los perros de caza pueden someterse al test de la "mariposa", para valorar sus condiciones innatas de muestra y de toma. La mariposa es un artefacto que se arma utilizando una caña de pescar con hilo, en este extremo se sujeta un cebo que, preferiblemente no debe ser una pieza real para evitar que, si el cebo sufre un desagradable contratiempo y se enrede al hilo mal manejado, por ejemplo.
El paso siguiente es dejar que jueguen fuera de su madriguera con el artefacto al completo, dejado en el suelo (un palo con unos 40 cms de seda de pescar y un trapitos ligado al extremo), para que se acostumbren a él. Ya en este momento los cachorros que muestren miedo revelarán que difícilmente servirán para cazar en grupo.
A continuación, uno o dos días después, separados del grupo los tímidos, el examinador manejará con el palo del cebo, moviendo primero para generar impulso de caza y deteniendo repentinamente. Ahora se ha de observar el comportamiento del resto de la camada. Aquel que se muestra en la primera y, después, busca con su olfato la presa artificial es sin duda el mejor. Se acabó la prueba para él. Y el resto de los hermanos mostrará el observador experto un buen número de características que representan de forma directa las actitudes genéticamente heredadas. Estará aquel que se haga el listo y corte el movimiento del trapo, el que no pare y se lance sobre él, lo que lo muerda con codicia y lo retenga contra el suelo, el que lo sujete con suavidad, el que lo ladre nerviosamente, etc.

Razas y tipos populares





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